Menos mal que, al final, se impuso el sentido común. Menos mal que el marketing y la presunta buena imagen de Carmen Chacón no han pasado por encima de la sensatez del "hombre tranquilo".
Yo no soy militante del PSOE, pero os juro que llegué a asustarme con la actitud de alguien que se dirigía a sus compañeros a gritos. Creo que el discurso de Chacón ha sido populista y oportunista en exceso. También creo que le ha podido la ambición y que no ha medido bien sus fuerzas.
Por segunda vez se ha quedado con la cara de niña sin Barbie el día de Reyes. Siento mucho tener que decirlo, pero creo que le falta temple y que no ha medido bien sus fuerzas. Ha hecho mal en recoger —sibilinamente eso sí— fragmentos del discurso que el PP elaboró contra Rubalcaba, asociándole, incluso, con el pasado. Y eso no es justo, porque, si ella, que ha tocado poder prácticamente, desde que era una adolescente, no lleva tanto tiempo como Rubalcaba en gobiernos y ejecutivas, ha sido, simplemente, por una cuestión de edad.
La prensa ha reforzado esa dicotomía de pasado y futuro y creo que lo ha hecho injustamente, porque en los equipos de uno y otro hay gente del aparato y hay gente que ha estado ya en el Gobierno.
Otra cosa. Fue obscena la actitud de la candidata tratando de hacerse perdonar su catalanidad. Menos mal que los abuelos sólo son y sólo pueden ser cuatro, porque, si no, Carme Chacón hubiese encontrado diecinueve, uno para cada comunidad autónoma y otros dos para Ceuta y Melilla. Fue demasiado evidente y no hay nada peor que descubrir la trama de una pieza de teatro antes de que concluya. Es penoso.
Ya hay quien está hablando de Chacón como futura candidata a La Moncloa. Creo que se ha estrellado por dos veces y las dos veces se la ha visto demasiado "afectada". Le pasa a mucha gente: los triunfos que corresponden a cada vida le llegan demasiado pronto y demasiado juntos y no se acostumbran a levantarse tras las derrotas. La ambición, señora exministra, es importante, pero no todo va a ser la ambición Estoy convencido de que Rubalcaba lo hará bien y de que no dejará su partido en manos de un secretario general tan siniestro como algunos que hemos conocido recientemente. Esperemos que le vaya bien a Rubalcaba, porque le irá bien al PSOE, a la izquierda y a los españoles. Con un poco de suerte, tendrá la posibilidad de ponerles el cascabel a los obispos.
Publicado por Javier Astasio a las 01:11
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